Radiolgía Pediátrica

Debemos partir de la evidencia de que el paciente pediátrico no es igual al paciente adulto, por lo que es lógico que las pruebas médicas se adapten a ellos, cosa que defiende el SERAM (Sociedad Española de Radiología Médica), quienes consideran la exposición médica de los niños como una práctica especial.

Recomendaciones de los expertos para las pruebas radiológicas en niños:

Los radiólogos recomiendan que antes de prescribir o realizar a un niño una prueba que suponga exposición a la radiación se tenga en cuenta:

  1. Que la prueba esté indicada y justificada: La mejor manera de proteger a un niño es no haciendo lo que no es necesario hacer. Los beneficios esperados de una prueba deben superar siempre a los riesgos. La clave de una prueba radiológica es saber el porqué se hace. En este sentido es muy importante que las instituciones con responsabilidad en protección radiológica cuenten con el asesoramiento de sociedades científicas y profesionales como la SERAM o la SEPR (Sociedad Española de Protección Radiológica) y que la protección radiológica esté integrada totalmente en el sistema de Salud.
  2. Optimizar el protocolo del estudio: Debe administrarse la menor dosis posible para obtener una imagen apta para el diagnóstico. Los niños tienen patologías diferentes, por tanto, las pruebas a realizar tienen que ser también diferentes.
  3. Realizar las pruebas garantizando la inmovilidad del paciente para evitar repeticiones: Por razones lógicas, los niños son pacientes más difíciles, y es que se mueven en las pruebas y no colabora. Los médicos, personal técnico y personal de enfermería que trabajan con niños están más habituados a tratar con ellos y pueden facilitar esta tarea.
  4. Utilizar, siempre que sea posible, pruebas que no requieran la exposición a radiación ionizante: En este sentido, en los niños es más fácil que en personas adultas diagnosticar con ecografía muchos procesos patológicos abdominales. Como explica la Dra. Mardones "la ecografía en niños es una técnica muy útil, segura y fiable y hay que utilizarla siempre que sea posible".
  5. Empezar por las pruebas que suponen el menor riesgo para llegar al diagnóstico.
  6. Consultar al radiólogo ante cualquier duda: Debe potenciarse el contacto y la relación entre los pediatras de Asistencia Primaria y los radiólogos, estableciendo medios y horarios que faciliten de forma rápida y eficaz la comunicación.
  7. Realizar solo las proyecciones estrictamente necesarias: En algunos centros de asistencia, por ejemplo, se siguen haciendo dos radiografías de tórax (frontal y lateral) en casos sospechosos de neumonía, cuando bastaría con una única proyección para diagnosticarla.
  8. La protección radiológica del paciente en diagnóstico por imagen: Debe estar integrada dentro de las acciones de seguridad del paciente, y muy especialmente en el caso del paciente pediátrico que requiere una atención especial.


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